Guadalupe Correa Lopera
El tema de la información existente en los mercados resulta de especial
relevancia en economía. A menudo, damos por hecho que los consumidores tienen
toda la información que necesitan para llevar a cabo sus elecciones, incluyendo
el conocimiento del precio, la disponibilidad y la calidad de los bienes y servicios
que demandan. Sin embargo, en la realidad nos encontramos con que los participantes en la mayoría de los
mercados operan sin una información completa acerca de las variables que
más importan, como son el precio o la calidad. Y para complicar aún más los
mercados, a veces los vendedores saben
más que los compradores respecto a la calidad del producto; si bien en
otras ocasiones sucede a la inversa. Es lo que en economía llamamos información asimétrica, que podríamos
definir como aquella situación en la cual una parte del mercado cuenta con
información más confiable que la que posee la otra parte. Dicha situación trae
consigo una serie de consecuencias sobre
la eficiencia del mercado. Una de ellas es que conlleva lo que se denominan
características ocultas, que son un
tipo de problema de información asimétrica en el cual una de las partes del
mercado sabe más que la otra parte respecto a las características que son
importantes para el intercambio de mercado. El otro problema principal es la
existencia de acciones ocultas, que
aparecen cuando una de las partes de una relación económica puede iniciar una
acción pertinente que la otra no es capaz de observar. De este modo, la parte del mercado que se caracteriza por
el predominio de características y acciones ocultas tiene el incentivo de decir
lo más adecuado. Dicho de otro modo, ambas partes del mercado tienen el
incentivo de encontrar maneras apropiadas de comunicar una información
confiable, puesto que presentan objetivos convergentes: mientras que la parte
peor informada trata de descubrir cuáles son los mejores candidatos disponibles
en el mercado, la parte mejor informada trata de demostrar que ella es un
candidato digno de ser seleccionado. Así, la
parte mejor informada del mercado tiene la intención de comunicar información
que puede resultar valiosa para la otra parte; es lo que se denomina proceso
de señalización: a fin de comunicar
información acerca de características que no son observables para la otra
parte, utiliza alguna variable sustitutiva. Por su parte, la parte desinformada
del mercado trata, mediante el proceso de selección,
de descubrir las características relevantes (aunque ocultas) de la parte
informada, para elegir a los individuos más cualificados, en base a
características fácilmente observables.
Los problemas de información
asimétrica, señalización y selección pueden verse de un modo más claro a través
del siguiente estudio del caso de
McDonald’s.
McDonald’s cuenta actualmente con más
de 34.000 restaurantes por todo el mundo. El secreto de su éxito es que los
clientes pueden confiar en la calidad del producto, ya sea que compren un Big
Mac en Estambul, Moscú o Singapur. Desde su fundación en 1955, McDonald’s ha crecido a un ritmo sumamente
acelerado, y esto gracias a que ha sabido atraer titulares de franquicias
competentes y confiables, y, al
mismo tiempo, les ha proporcionado a
éstos incentivos y limitaciones adecuados.
El proceso de selección de los candidatos que solicitan ser franquiciados es riguroso y exigente. Para tener derecho
a una entrevista, el solicitante debe demostrar tener suficientes recursos
financieros y una adecuada experiencia en los negocios. Posteriormente, los
seleccionados deben completar un programa de capacitación cuya duración abarca
12 meses, que consiste en aprendizaje en el aula combinado con estancias en
restaurantes ya establecidos. Durante ese lapso, al aspirante no se le paga
absolutamente nada, ni siquiera sus gastos personales. Una vez que el establecimiento
se inaugura, se requiere que el franquiciado trabaje a tiempo completo
atendiendo las operaciones diarias del restaurante.
Es enorme el compromiso que contraen los franquiciados, tanto en tiempo
como en dinero. El
costo de una nueva franquicia, que se encuentra en torno a los 900.000 euros,
debe provenir en su totalidad de los recursos propios del franquiciado, y no de
fondos obtenidos en préstamo.
Dado que cada franquiciado obtiene una participación
importante de los beneficios del restaurante, existe un considerable incentivo para trabajar con eficiencia. Como
recompensa adicional, los operadores exitosos pueden solicitar nuevas
franquicias para obtener más restaurantes. Si todo marcha bien, la franquicia
tendrá una vigencia de 20 años, con la posibilidad de renovarla una vez
finalizado ese período, aunque puede cancelarse en cualquier momento si el
restaurante no cumple las normas establecidas por la empresa en cuanto a
calidad, precio, limpieza… Por lo tanto, el
franquiciado está atado a la compañía por unas enormes inversiones, y la
pérdida de una franquicia podría representar para la persona en cuestión la
pérdida de los ahorros de toda su vida. Al
seleccionar y supervisar debidamente sus franquicias, McDonald’s ha logrado
acabar eficazmente con los problemas resultantes de las características y las
acciones ocultas que derivan de las situaciones de información asimétrica
en los mercados.
