jueves, 15 de mayo de 2014

La reapertura de la mina de Aznalcóllar, ¿sensación de esperanza o de inquietud?

Isabel Montero




El Gobierno y la Junta de Andalucía han aprobado ya sendos decretos para reabrir la mina de Aznalcóllar. Ambas administraciones han llegado a un acuerdo tras el conflicto que se inició con el recurso de inconstitucionalidad presentado contra el decreto ley andaluz para la reapertura.

Por una parte, el Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto por el que se otorga la explotación de los recursos mineros de Aznalcóllar y que permitirá llevar a cabo el concurso internacional convocado por la Junta de Andalucía y garantizar los plazos de la convocatoria para la reapertura de dicha mina. Al mismo tiempo, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado el decreto ley por el que se adoptan las medidas urgentes que permiten resolver las discrepancias con el Gobierno de España sobre el proceso de reapertura del complejo minero de Aznalcóllar.

El decreto ley previsto en el Estatuto de Autonomía contiene un carácter de situaciones urgentes y se justifica en este caso por la alta incidencia positiva que la reapertura tendrá sobre la economía y el empleo de la zona de Aznalcóllar. La Junta propone a la administración pública un proyecto para que se aproveche el recurso minero existente en la Corta de los Frailes con el objeto de cubrir la demanda interna de estos minerales y poder hacer frente a la Restauración Total que se precisa de todo el recinto minero, generando empleo local de trabajadores previamente formados.

Por otro lado, el pasado mes de abril se cumplió el 16 aniversario del desastre de Boliden en Minas de Aznalcóllar, desastre que nos costó en lo económico 92 Millones de Euros y en lo ambiental la contaminación del cauce del Guadiamar y de buena parte de las marismas del Espacio Natural Doñana. La balsa de lodos de Aznalcóllar fue la protagonista hace 16 años de uno de los peores desastres medioambientales ocurridos en España. La empresa sueca Boliden, encargada en aquel entonces de la explotación de la mina, se marchó sin pagar la restauración, unos 90 millones de euros que todavía le reclaman las Administraciones en los tribunales. Pero atrás se dejó sin extraer alrededor de 35 millones de toneladas de cobre, zinc y plomo en la corta de Los Frailes, una de las dos que hay en esta explotación a cielo abierto, hoy abandonada. La compañía, cuando se fue, estaba en la segunda fase de explotación de las cinco previstas, lo que equivaldría a disponer de 12 a 15 años más de trabajo, y por ende la creación de 450 puestos de trabajo.
 


La apuesta de la Junta por la reapertura puede acabar reincidiendo en un mal proyecto, que contempla sistemas arcaicos de producción, pues no prescinde de la extracción a cielo abierto, ni de las balsas de lodos y un largo sin fin de despropósitos medioambientales.

Por todo esto, la reapertura de la mina genera una sensación de esperanza para los habitantes de las zonas colindantes, con la futura creación de puestos de trabajos y explotación de la mina, pero también supone cierta inquietud o miedo pues los vecinos de la mina de Aznalcóllar y alrededores no quieren volver a pasar por la misma situación de contaminación ambiental.

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