Cristina Ortega González
No
veo una mejor manera para comenzar a escribir en este blog que con una
reflexión sobre la actual crisis económica en España. Durante los tres años y
medio que llevo hasta ahora como estudiante de Economía, raro ha sido el día en
que no se haya hecho en el aula una breve referencia a la crisis económica que estamos
viviendo. De hecho, cabe reconocer que su desarrollo nos ha ayudado a entender
de manera más real y cercana las
innumerables relaciones existentes entre las distintas variables económicas,
que sin una referencia real podrían resultar un tanto abstractas.
Con
esta entrada mi intención no es hacer un resumen de la evolución de la economía
desde el comienzo de la crisis, ya que es de suponer que la gran mayoría sabe
su origen y su desarrollo al haber sufrido de una forma, más o menos dura, los
ajustes fiscales llevados a cabo hasta el momento. El ánimo es sino intentar
fijar la atención hacia el futuro de la economía y de la sociedad española,
¿Podemos confiar en las positivas predicciones económicas actuales?
El
pasado 5 de marzo la CEOE
emitió un informe de predicción de
la economía española para 2014 y 2015, asegurando una mejora de las
perspectivas a corto plazo. Se prevé un aumento del PIB del 1,2% en 2014 y un
aumento del 1,8% para el año 2015. Así mismo, entre otras cuestiones, declara
que los componentes del PIB que experimentarán una mayor alza serán la
inversión en bienes de equipo y las exportaciones, que se incentivarán debido a la recuperación de la
demanda interna en Europa. A pesar del optimismo inminente que generan estas
afirmaciones, ¿un crecimiento del PIB de 1,2% puede disminuir de forma
considerable el desempleo de forma que podamos afirmar que hemos consolidado la
recuperación económica en España? Una respuesta que podría fundamentarse
económicamente mediante la Teoría Económica
es la llamada “Ley de Okun”. Algunos
habréis oído hablar alguna vez de dicha ley, que puede ayudar a entender la
relación existente entre el crecimiento del PIB y del empleo.
A
principios de los años sesenta, Arthur
Okun, principal consejero económico de JF Kennedy, observó un hecho
importante en la relación entre la producción agregada y la tasa de desempleo.
Comprobó que un incremento en la
producción agregada disminuye el
desempleo, es decir, existe una relación inversa entre ambas variables.
Sin
embargo, Okun demostró que no existía
una relación uno a uno entre el crecimiento de la producción y la disminución
del desempleo, es decir, la proporción en la que disminuye el desempleo siempre
sería menor a la del aumento experimentado por la producción agregada. En concreto, interpretaciones actuales de la ley de Okun, afirman que un
aumento de un punto porcentual del PIB real por encima del potencial
provoca un descenso de la tasa de desempleo de únicamente medio punto
porcentual. Okun observó que cuando la economía de
su país (Estados Unidos) crecía un 3%, el paro bajaba un 1%.
Hay
dos sencillas explicaciones que pueden ayudar a entender por qué esta relación entre el crecimiento
económico y el desempleo no es uno a uno.
En primer lugar, a menudo las
empresas suelen responder a cambios en la demanda mediante modificaciones de
horarios laborales en lugar de acceder al despido o a la contratación de forma
inmediata. Así si suponemos que una empresa ve como se reducen sus ventas, en
un primer lugar, decidirá reducir las horas de sus empleados en lugar de
despedirlos. Este comportamiento mitiga el efecto de las fluctuaciones en la producción
sobre el número de trabajadores empleados.
En
segundo lugar, el número de personas que buscan empleo también se ve
influido por la disponibilidad de los puestos. Por ejemplo, si la economía
destruye un millón de puestos de trabajo, la tasa de desempleo aumentará menos
de un millón debido a que algunos trabajadores se desaniman y dejan de buscar
activamente empleo. Este tipo de comportamientos suavizan los cambios en las
tasas de desempleo.
Una
vez explicado el por qué de esta relación inversa entre crecimiento de la
producción agregada y el empleo, os preguntaréis: ¿y entonces, cuánto ha de crecer el PIB para que aumente el empleo y
se reduzca la tasa de paro? De la ley
de Okun se ha derivado una conclusión principal en este sentido y es que se
ha considerado hasta ahora que es necesario un crecimiento del PIB superior al 2% en las
economías actuales para lograr la creación de empleo. Sin embargo, algunas predicciones realizadas actualmente aseguran
cierta creación de empleo a partir del segundo semestre del año actual, lo cual
me ha llevado a plantearme si éstas predicciones contradicen la explicada ley de Okun.
Indagando un poco más en la cuestión, parece ser que la ley de
Okun ha quedado ya más como un “mito” de referencia que como una evidencia
empírica, ya que se está demostrando que la economía es capaz de crear empleo
con un crecimiento por debajo del 2%. Algunos economistas, como el profesor Juan J. Dolado, afirman que el umbral del crecimiento de la producción necesario
para crear empleo neto es ahora aproximadamente del 1%, y no del 2% ó 3% como se creía
hasta ahora.
Este
cambio de umbral, como argumenta Dolado,
se debe a que el enunciado clásico de dicha ley
no contempla los cambios en la evolución de la tecnología existente, en
los precios del factor trabajo, en el grado de competencia en los mercados de
bienes y servicios y en los costes de ajuste de los inputs (costes de despido y
de contratación, costes de instalación de la maquinaria, etcétera). Por otro
lado, también es importante considerar que el aumento del trabajo temporal y a
tiempo parcial podría ayudar a mejorar los niveles de empleo registrado en la economía.
Aunque el análisis de su “calidad” es un tema que propongo para otra entrada.
Para
concluir he de decir que España puede alcanzar en el próximo año cierta
recuperación económica. El desempleo registrado disminuirá pero no tanto como
consecuencia de una mejora en la producción agregada, como puede deducirse de
la relación inversa entre crecimiento de la producción y desempleo apoyada en
la ley de Okun, sino debido a un
cambio en el tipo de empleo fomentado: el empleo temporal y a tiempo parcial.
La conveniencia o no de este camino os la dejo para vuestra reflexión, no
obstante espero haberos ayudado a aclarar algo de esta difícil relación entre
el crecimiento del PIB y el desempleo en España.
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